Clases online para aliviar el bruxismo desde la pelvis con anteversión

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19:00 – 20:00 de los miércoles 13, 20 y 27 de noviembre

 

Sesión de orientación: Lunes 4 de noviembre, 19:00 – 20:00

En esta sesión introductoria, explicaremos lo que necesitas y qué pasos tomar antes de las clases.

Si no sabes qué inclinación pélvica tienes, apunta a esta clases para anteversión pélvica y en la sesión de orientación, Maiko te indicará cuál es la corrección postural que necesitas.

 

Antes de la clase, deberás realizar un ejercicio que te indicaré en la sesión de orientación; este ejercicio es efectivo tanto para la anteversión como para la retroversión.

En la clase para aliviar el bruxismo mediante la corrección de la anteversión pélvica, practicaremos tres ejercicios específicos para mejorar esta posición anómala.

Al finalizar el curso, TRAS COMPLETAR LAS TRES CLASES, habrás aprendido 10 ejercicios distintos para corregir la inclinación pélvica anterior y llevarla a una alineación adecuada.

El tiempo estimado para completar estos primeros cuatro ejercicios, incluyendo el que aprenderás en la sesión de orientación y los tres que te enseñaré en clase, es de 20 minutos.

Durante las clases, realizaremos ejercicios corporales. Lleva ropa cómoda que te permita moverte con facilidad.


Acceso a las clases:

Una vez completes la compra, recibirás un enlace unos días antes de la sesión de orientación (4 de noviembre) para acceder a ella. Después de la sesión, el jueves 7 de noviembre, te enviaremos los enlaces para acceder a las clases programadas.


Acceso a las grabaciones:

Si no puedes participar en las fechas indicadas, tendrás acceso a las grabaciones de las clases durante un mes para verlas cuando desees.


Nota: Las tasas de matrícula no son reembolsables una vez haya comenzado la sesión de orientación.

El cuerpo puede sufrir distorsiones para proteger determinadas áreas. Cada parte está diseñada para moverse, pero si no damos a los músculos el ejercicio adecuado o los usamos incorrectamente, se pierde la postura original y se desestabiliza la relación entre músculos y esqueleto, generando el "efecto compensatorio". Por ejemplo, al usar un ordenador o móvil durante mucho tiempo, los músculos de la mandíbula y el cráneo asumen la tarea de sostener la cabeza, lo que provoca tensiones y síntomas como dolor al masticar o hablar. Si no se corrige a través del ejercicio, este "efecto compensatorio" puede provocar problemas más serios en todo el cuerpo.